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PUBLICACIONES DEL DR. RAFEEL VELA
  Currículum vitae. Dr. Rafael Vela Martínez
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  Investigaciones Realizadas o Coordinadas por el DR.Rafael Vela Martínez
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CUESTIONES SOCIALES


17/MAYO /2016

Presentación del libro

 “La Geografía y la Economía en sus vínculos actuales”

Rafael Vela Martínez

Buenos días estimados universitarios, jóvenes estudiantes y colegas, distinguido público; es para mí un honor hacer la presentación de una obra magistral tan relevante en esta coyuntura del proceso globalizador, en cuyo marco cada vez más los gobiernos de los Estados-nación están más preocupados por insertarse en esta lógica macro, al tiempo que surgen y se agudizan graves contradicciones en el ámbito regional y local. El libro “La Geografía y la Economía en sus vínculos actuales”, es ya un referente obligado para cualquier estudioso de la ciencia regional como de la geografía económica, porque, al margen del debate teórico que es muy substancioso,  orienta sus esfuerzos a la búsqueda de alternativas de solución a diversas problemáticas del ámbito espacial y al diseño de políticas públicas; porque centra su atención en las graves contradicciones sociales, económicas, políticas y de sustentabilidad, que condicionan la distribución de la riqueza, las condiciones de pobreza y de marginación. Por ello, en reconocimiento a su gran esfuerzo, compromiso académico y sensibilidad social, pido un aplauso de reconocimiento a quien hizo posible esta obra, después de más de 3 años de esfuerzo y múltiples seminarios: al Dr. Javier Delgadillo Macías, coordinador de la obra que aquí se presenta.

Efectivamente, el libro es una antología comentada del debate contemporáneo sobre los vínculos actuales que enfrentan la Geografía y la Economía en un ambiente de grandes cambios sociales y económicos, y en gran medida condicionados por un proceso globalizador. El libro es el resultado de una serie de seminarios que entre 2008 y 2009 se realizaron en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, institución que tuvo la capacidad de convocatoria para reunir a los teóricos más avanzados en la discusión de la Nueva Geografía Económica (NGE) y de la Economía Regional en las principales universidades del mundo.

En particular sobresale una de las interrogantes que orienta el desarrollo de esta obra:  ¿Qué tanto a los geógrafos como a los economistas a pesar de estar reflexionando e investigando temas semejantes desde una perspectiva regional los unía la discusión de los fenómenos expresados en el espacio?, esto muy a propósito del premio nobel de Economía que en el 2008 recibió Paul Krugman por sus contribuciones, entre otras cosas, al ámbito de la geografía económica.

El libro, como lo consigna el Dr. Javier Delgadillo,  se divide en tres grandes apartados; en el primero se abordan los fundamentos de la Nueva Geografía Económica; en el segundo se compilan artículos que son las reacciones a esta corriente del pensamiento; y en el tercero se reúnen diversos enfoques contemporáneos de la Geografía Económica. En lo que corresponde a mi participación, comentaremos de manera breve algunos contenidos de la primera y segunda parte, para dejar en voz del Dr. Hugo Reyes Cid los comentarios a la tercera sección del libro.

En principio debo aceptar la imposibilidad de poder resumir en 20 minutos una obra tan magistral, tan completa y tan profunda en sus discusiones teóricas como reflexiones personales de los autores. Pido por ello una disculpa anticipada.

La obra inicia con el trabajo de Juan Ramón Cuadrado Roura, destacado integrante de la Regional Science Asociatión International (RSAI), quien se plantea la interrogante de ¿Es tan nueva la NGE? y nos ofrece “Reflexiones sobre sus aportaciones, limitaciones e implicaciones para las políticas“. Esta corriente del pensamiento contemporáneo está asociada a Paul Krugman y otros connotados economistas. El tema es central para este libro ya que gran parte de este se ubica en la discusión entre los vínculos de la Geografía y la Economía contemporánea en torno al debate teórico sobre el arribo de la NGE durante los años 90. Habría que señalar sobre el particular, que a la NGE se le ha criticado de manera fehaciente su connotación “de nueva” porque muchas de sus aportaciones descansan en planteamientos elaborados con anterioridad por, entre otros, las teorías alemanas de la localización del siglo XIX, a saber los planteamientos del padre de la Geografía Económica Von Thünen, Walter Christaller y Augusto Losch, así como las tesis de causalidad acumulativa de Gunnard Myrdall y Alberto O Hirschman; por la visión Marshaliana de las economías externas y los pioneros del análisis regional norteamericano Edgar Hoover, Walter Isard y Alonso. Estos planteamientos, jóvenes alumnos, los entienden ustedes muy bien porque la revisión de estos aportes teóricos forman parte de su curso de Economía Regional, en el caso de los estudiantes de economía; y del curso de geografía económica para los estudiantes de la carrera de geografía; de tal manera que estamos hablando de información que si no dominan, al menos si conocen.

Regreso al libro… Esta es una discusión que estará presente a lo largo de la primera sección de la obra, incluso recuperada muy de fondo en el diálogo que sostienen Masahisa Fujita y Paul Krugman, que dio luz a un ensayo denominado “La Nueva Geografía Económica: Pasado, presente y futuro”. De acuerdo con el Dr. Cuadrado, la NGE permitió entender las relaciones dinámicas de una ciudad o de una aglomeración económica pero en el contexto de toda la economía, en un marco de equilibrio general, que quizá es uno de los aspectos por subrayar.

Como lo van aceptar otros teóricos que vierten sus discusiones en este libro, las fuerzas de atracción y repulsión que operan en la actividad económica (y que explican su concentración y desconcentración espacial entre las regiones, deben, desde la perspectiva de la NGE, ser analizadas de manera simultánea; y esto, además, dentro de un marco explícito de bienestar que es micro fundamentado a través de decisiones racionales de los agentes económicos.

Debe destacarse que la NGE, en la medida que deriva de la tradición del pensamiento económico dominante (neoclásico), no debe sorprender en que se haya convertido en un importante cambio significativo para la economía, pues pudo finalmente incorporar al espacio dentro del pensamiento económico; pero por otro lado, es precisamente esta aproximación metodológica deductiva, que por definición generaliza los efectos del espacio en la actividad económica, la que ha generado mayor reacción negativa entre sus detractores y críticos; sin embargo, Cuadrado Roura llega a sugerir que la NGE tiene elementos potenciales que permiten orientar las políticas públicas, en la medida que ofrece un marco analítico que explica el por qué surgen regiones ganadoras y perdedoras, al tiempo que tiene capacidad para proponer estrategias para salir de esos inadecuados equilibrios espaciales, o arribar a los mismos; en ese sentido advierte que la NGE tiene potencial para plantear como  “reequilibrar las relaciones entre centro- periferia, en la perspectiva de Krugman”.

Como se adelantó  Masahisa Fujita y Paul Krugman desde el año 2002, este último a quién se le acredita haber inaugurado la Nueva era de la Geografía Económica (con su obra Rendimientos crecientes y geografía económica), sostienen un interesante diálogo donde precisa que los objetivos de la NGE están orientados a explicar una gran diversidad de formas de aglomeración (o de concentración) económica en determinados espacios geográficos, en una perspectiva donde considera que la actividad económica tiene lugar a distintos niveles geográficos y que presenta una variedad de formas distintas, desde la agrupación de pequeñas tiendas y restaurantes en un barrio, hasta el proceso de aglomeración que dio margen a la configuración de las grandes ciudades a nivel mundial como Nueva York y Little Rock; así mismo en el surgimiento de una variedad de distritos industriales, o en la existencia de fuertes desigualdades regionales dentro de un país.

Tanto Fujita como Krugman aceptan haber abrevado en conocimiento de la ciencia regional, en particular de la teoría de la localización, que en sus principios estaba caracterizada por los textos de Hoover y Vernon (1959); Alonso (1964), así como de los trabajos de Alfred Weber (1909), Walter Christaller (1933), Augusto Losch (1940) y Walter Izar (1956). De acuerdo con Krugman estos textos le consintieron reflexionar sobre un argumento de equilibrio general que como economista le permitiría claridad sobre las interrogantes relacionadas con ¿De dónde procede el dinero y a dónde se dirige?, en el supuesto de que conocer esto le permitiría explicar la concentración como la dispersión; es decir, ¿Por qué tanta gente trabaja en Manhattan y por qué tanta otra gente no lo hace?

Krugman también señala que el modelo de equilibrio general debería permitir estudiar simultáneamente las fuerzas centrípetas que concentran la actividad económica como la de Nueva York y las fuerzas centrífugas que la separan. Krugman destaca que puede que no se trate de un procedimiento tan difícil, pero sí de incómodas cuestiones técnicas, lo que conlleva a que no sea un tema de fácil solución: (cita textual)
“…los tipos de propuestas que pueden explicar la aglomeración en términos de micro-decisiones dependen de los rendimientos crecientes o, por lo menos, de indivisibilidades a nivel del productor individual. Esto quiere decir que no es posible asumir la competencia perfecta, y la competencia imperfecta resulta particularmente difícil de insertar en la argumentación del equilibrio general. Los costos de transporte se consideran cruciales; incluso, si se pretende la obtención de una visión íntegra de la economía, entonces es necesario considerar que tanto los recursos utilizados como las rentas generadas por el sector transporte deben formar parte del esquema general.

Aquí es pertinente destacar las lecturas que realizamos en el curso de economía regional, en relación a la imposibilidad del equilibrio general sustentado por los neoclásicos y que vino a ser cuestionado por Evsey Domar (1946) y Roy Harrod (1950), en el marco de la causación circular acumulativa, donde, con base en los mismos principios del pleno empleo de los factores de la producción, echan abajo la idea de un sistema en equilibrio resultado de la competencia perfecta.

Continuamos… Por su parte Masahisa Fujita señala que el nombre de NGE generó escozor entre los geógrafos tradicionales y los economistas convencionales y menciona: “En mi opinión, tan aparente rechazo no solamente surgió debido a una revisión insuficiente de la literatura anterior. Si algo es nuevo o no, depende en parte del punto de vista... Si uno dice, por ejemplo, he encontrado un mundo nuevo, entonces los nativos se sentirán muy ofendidos... En el presente caso, la posible ofensa surge de la combinación de “nueva” y “geografía económica”. Si uno llama a la misma cosa la Nueva Economía Geográfica o la Nueva Economía Espacial, entonces podría haber molestado menos a los geógrafos tradicionales.” Paul Krugman, señala Masahisa Fujita,  llegó al paraíso a principios de los 90’s, trayendo consigo a la NGE. Esto se consideró, en cierto sentido, como una invasión; sin embargo, la llegada de la NGE constituyó un menor problema para los científicos regionales y para los economistas urbanos ya que ellos mismos eran recién llegados; ellos abrazaron rápidamente a la Nueva Geografía Económica como una nueva aportación al campo de la Economía Espacial.

Al respecto, Krugman argumenta que a medida que trabajó el tema de cuáles serían las posibles consecuencias de una mayor integración europea, descubrió que su análisis se estaba desviando cada vez más lejos de la Economía Internacional, de como él la conocía; y precisa:
“…En economía internacional tomamos como base un mundo en el que los recursos son completamente inmóviles pero en el que los bienes se pueden intercambiar sin costos. Me encontré gravitando hacia un tipo de modelo en el que los factores de producción eran perfectamente móviles, pero en el que existían costos en el transporte de bienes. En otras palabras, me encontré haciendo algo más cercano a la teoría clásica de la localización que a la teoría internacional del comercio”.

A manera de síntesis podríamos señalar que el modelo de Krugman provee micro fundamentos (a partir de un referente de maximización de utilidad entre agentes económicos, en un marco de equilibrio general) al comportamiento macro regional, que ya era de algún modo conocido en la ciencia regional. La peculiaridad metodológica y central del texto de Krugman reside en que formuló un modelo de economía espacial (Centro-Periferia) basado en el de competencia monopolística publicado en 1977 por Dixit-Stiglitz, con el propósito de “esterilizar” los problemas analíticos que la competencia imperfecta (rendimientos crecientes) acarreaba en modelos tradicionales neoclásicos.

Otro trabajo presente en esta obra corresponde a la revisión de la literatura contemporánea sobre la dinámica y evolución del tamaño de las ciudades, realizado por Javier Gabaix y Janice Loannides: (la evolución de la distribución del tamaño de la ciudad, que habla por sí mismo sobre el interés por la economía urbana y regional). El planteamiento que subyace a este trabajo, es conocer cuál es el tamaño adecuado u optimo que una ciudad debe tener. Al respecto, empiezan por reconocer que las ciudades tienen una fuerte irregularidad empírica que, en lo que corresponde a su distribución, reproduce la Ley de Zipf, lo cual si bien es cierto es válido para países desarrollados no así en el caso de los países en desarrollo; situación que desde mi punto de vista, se puede confirmar con la aplicación de la regla rango-tamaño. En este trabajo se reconoce que la NGE no ha desarrollado todavía una explicación cabal para esclarecer esa sorprendente regularidad en la distribución y el tamaño de las ciudades.

Por su parte Enrico Moretti en su trabajo “Externalidades de capital humano en las ciudades” pone su atención en uno de los temas centrales de discusión sobre ciudades y sistemas urbanos, que la economía espacial hoy en día contempla como un campo importante de estudio y que de igual manera debe considerarse como una pieza central para discutir los vínculos entre la geografía y la economía. Sobre el particular en la presentación Javier Delgadillo Macías, nuestro ponente magistral, señala que debe quedar claro que cuerpos teóricos como la Nueva Geografía Económica o el Sistema de Ciudades, (A la Henderson) deben ser capaces de otorgar una explicación teórica de por qué las ciudades nacen, cómo evolucionan y por qué se convierten en los espacios centrales de la Actividad Económica Moderna y va más allá, incluso plantea que la Economía de las ciudades quizás debería ser en sí un campo distinto al de la Geografía Económica (tal como sugiere Edward Glaesser); sin embargo, es difícil disociar el tema de las ciudades al de Geografía Económica, pues acepta que muchos de los conceptos utilizados para explicar la concentración económica de las actividades, también lo son para explicar la dinámica de crecimiento de las ciudades, tal es el caso de la noción de externalidades; en ese mismo sentido habría que rescatar el trabajo del Dr. Gustavo Garza, del Colegio de México, quien con una metodología Marxista logra demostrar cómo la aglomeración rentabiliza empresas en la ciudad de México, debido a externalidades positivas, que de no estar aglomeradas tenderían a desaparecer, ya que a su interior presentan graves limitaciones técnicas y en esencia números rojos.

Es en este sentido que no se descartan las nuevas teorías del crecimiento endógeno, que han puesto en un primer nivel que las externalidades no pecuniarias pueden tener en el crecimiento económico, sobre todo las derivadas del capital humano; al respecto el texto de Moretti discute por qué la inversión en capital humano (inversión en educación) además de generar un beneficio individual (en mayores salarios) puede a su vez producir un retorno o beneficio social; este aspecto es de resaltarse porque, destaca Javier Delgadillo, que realmente hasta hace poco tiempo fue cuando se ha tratado de medir la acumulación o el stock de capital humano en un espacio o territorio (una ciudad); es decir, evaluar y conocer la magnitud de los beneficios colectivos, no sólo individuales, tanto en la productividad como en los salarios de “los otros” trabajadores. Este es un tema en el que se señala la NGE no ha hecho mucho énfasis  y ha quedado rezagada en la reflexión sobre la importancia de las peculiaridades no pecuniarias; es decir, las derramas económicas positivas, que pueden reducir la concentración de personas calificadas en un espacio geográfico (procesos de aprendizaje, transmisión de ideas y conocimientos).

En la segunda parte del libro: Posiciones críticas sobre la NGE destacan dos trabajos, entre otros. El primero, de Ron Martín “Nuevo giro geográfico en Economía” el cual es uno de los primeros textos críticos que reaccionaron en contra de la NGE hace más de 12 años, no obstante mantiene una vigencia importante en varios de los elementos críticos que fueron desarrollados entonces, principalmente hacia Paul Krugman.

Ron Martín señala que no es suficiente el involucramiento del componente espacial en los modelos de la NGE, a partir del cual deriva un conocimiento de la competencia imperfecta, de los rendimientos crecientes y de la presencia del equilibrio múltiple, si en todo caso el soporte principal tiene que ver con decisiones individuales donde los agentes económicos maximizan su utilidad; es decir, la principal objeción no es con los principios clásicos de la economía, sino que estos son utilizados para elaborar modelos deductivos y formalizados que tienden a generalizar las observaciones identificadas en el individuo hacia el ámbito social, ya que por definición generalizan procesos regionales y/o espaciales en detrimento de la riqueza y complejidad de los elementos particulares, lo cual precisamente va en sentido opuesto a los estudios de Economía Geográfica, los cuales reconocen la importancia de “los lugares reales”, al hacer investigación regional.

Ron A. Boshma y Cohen Frenken analizan los diversos cuerpos teóricos que actualmente caracterizan la diversidad en el campo de la Geografía Económica, postulando que el debate de la Geografía Económica se dirime en tres enfoques teóricos: el neoclásico (cuyo principal exponente es la NGE); el institucional y el evolucionario. Este trabajo plantea un mensaje central, y es el que la Geografía Económica Evolucionaria puede convertirse en el cuerpo teórico con mejor posición para medir las fuertes tensiones que prevalecen entre un enfoque deductivo-analítico como la NGE y uno de corte inductivo-cualitativo como el Institucionalista.

En palabras de Javier Delgadillo Macías se señala que este trabajo deja en claro que mucho antes del arribo de la NGE (y del giro neoclásico que provocó), ya se había dado un giro institucional de la Geografía Económica. Los autores señalan que ese giro institucional “sobre-socializó” el aparato explicativo en la Geografía Económica, al considerar a las instituciones y a los contextos como los mecanismos reguladores de la conducta de los individuos; mientras que el giro económico “sub-socializó” el marco analítico de la Geografía Económica, al darle primacía al componente de decisión (racional) económica de los agentes. Este enfrentamiento metodológico es, lo que señala el autor, ha propiciado el rechazo de la visión institucional por la modelación formal y cuantitativa que caracteriza al enfoque neoclásico, al respecto, discuten tres elementos claves para entender la disputa entre ambas corrientes: metodología, concepto de tiempo y supuestos de comportamiento individual, con los cuales se proponen justificar por qué la Geografía económica evolucionaria podría convertirse en un mejor cuerpo teórico que la nueva geografía institucionalista.

Khristian Behrens y Jacques Francois Thisse en su trabajo “Economía regional: una perspectiva de la Nueva Geografía Económica” muestran que los conceptos e instrumentos desarrollados en la NGE pueden ser usados para revisar algunos problemas de la economía regional. En particular destacan dos puntos; primero, qué se entiende por región; segundo, qué tipo de interacción entre regiones se requiere estudiar y cómo modelizarlos.

En lo que corresponde al primer punto, qué se entiende por región, se amplía la discusión poniendo énfasis en la confusión frecuente que tienen los economistas al utilizar las palabras como posiciones (ubicaciones), regiones o sitios, sin ser conscientes de que estas a menudo corresponden a unidades espaciales diferentes, corriendo el riesgo de describir implicaciones que son válidas en un cierto nivel de agregación espacial pero no en otro. Sobre el particular retoman el concepto de región de A Losch (1938) donde precisa que el término de región es usado para describir un conjunto de sitios, tal que, cualquier par de sitios pertenecientes a la misma región son similares, de una forma u otra.

En esta discusión sobre el concepto de región traen a colación los principios de equivalencia en un conjunto, el cual es una relación reflexiva, simétrica y transitiva: Primero,  un conjunto es siempre similar a sí mismo (reflexividad); segundo, si un objeto es similar a otro, este es similar al primero (simetría), y tercero, dos objetos similares a uno tercero son entre sí similares (transitividad). La aplicación de estos principios en la ciencia regional conlleva a dos implicaciones importantes 1.- cualquier lugar pertenece a una sola región; y 2.- Dos sitios que pertenecen a la misma región son considerados como idénticos desde el punto de vista de la relación de equivalencia, mientras que dos sitios que pertenecen a dos regiones distintas no lo son. Los autores concluyen que sobre la base de estas consideraciones es fácil entender por qué no hay un acuerdo general sobre lo que podría ser una región, ya que el número de relaciones de equivalencia que puede ser definida en un espacio es enorme.

Al final de la discusión señalan los autores Khristian y Francois que desde un punto de vista empírico puro, el concepto de región que uno conserva de forma intrínseca, a menudo está vinculado con la disponibilidad de los datos; al respecto, en lo personal,  podría señalarse que el concepto de región tiene que ver más con el objeto de estudio del investigador, pues este en gran medida precisa el fenómeno en estudio y las variables con las cuales habrá de desarrollarse la investigación y la búsqueda del conocimiento, pero esto es solo mi punto de vista.

La discusión en torno a lo que es la primera parte de la NGE y la segunda parte del libro que son posiciones críticas sobre la NGE, evidentemente no quedan agotadas en este breve texto, que en gran medida retoma las observaciones vertidas por nuestro invitado y autor de la obra Javier Delgadillo Macías y seguramente por observaciones muy ligeras de quien tiene el uso de la voz; no obstante, es meritorio señalar la grata impresión que me causó tener en mis manos un material tan rico en información teórica y debates, así como documentos que te permiten, por una parte, orientar los estudios personales hacia la búsqueda de una economía regional en convergencia con la gran aportación de la NGE; por otra parte, que tenga la capacidad para poder abordar el estudio de fenómenos económicos, sociales y políticos de nuestra realidad inmediata, y muy en particular del cómo generar crecimiento económico, orientar sobre la generación de empleo; asimismo, como se puede abordar el abatimiento de la pobreza y la marginación, por ejemplo, en el estado de Veracruz y en toda la región sur - sureste de nuestro país. Tarea nada fácil ¡¡¡; por ello nuevamente Dr. Javier Delgadillo, mi profundo reconocimiento a la obra que usted coordino. Felicidades.¡¡¡ …           

Muchas gracias.